El cáncer es un término general usado para describir un grupo de tumores o lesiones malignas. El ser humano puede desarrollar cáncer en distintos órganos o partes del cuerpo. Algunos de los síntomas que el cáncer produce son similares de una personas a otras, con independencia de que el cáncer se haya generado en un lugar u otro del organismo.
Por otra parte, los tratamientos contra el cáncer también producen una gran cantidad de efectos secundarios, especialmente la quimioterapia y radioterapia, aunque también el tratamiento hormonal contra el cáncer y las nuevas terapias.
En este artículo, discutiremos algunos efectos secundarios del cáncer; especialmente sobre los efectos de la quimioterapia y radioterapia, y explicaremos cómo tratarlos.
Anemia
La anemia es una condición en la que el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos. Esta condición es frecuente en los pacientes sometidos a tratamiento contra el cáncer.
La anemia causa debilidad y cansancio, dificultando realizar actividades cotidianas. En casos más severos puede apreciarse sensación de falta de aire o palpitaciones, e incluso tensión baja, por lo que debe consultarse en el hospital.
Para controlarla, es fundamental mantener una alimentación balanceada. El médico tratante también puede indicar dietas especiales ricas en proteínas y hierro. A su vez, siestas breves y pedir ayudar con algunas actividades puede ayudar a mejorar los síntomas.
Sequedad en la boca
También se llama xerostomía, y se produce cuando existe un daño en las glándulas salivales. Esto puede ser causado directamente por el cáncer o por el tratamiento. Generalmente, el flujo salival vuelve a la normalidad tras finalizar el tratamiento. En raras ocasiones, el daño por el tratamiento puede ser más severo y permanente.
Para manejar este síntoma es esencial una buena hidratación, mantener la protección de la mucosa oral con enjuagues específicos, o productos naturales especialmente formulados. Es importante vigilar la alimentación evitando alimentos secos, muy calientes o fríos, o muy ácidos, salados o picantes. De ser necesario, el paciente puede utilizar saliva artificial durante el tratamiento para mantener la boca humedecida.
Alopecia
La alopecia o pérdida del cabello es el efecto secundario más reconocido del tratamiento contra el cáncer. Esto es debido al efecto que tiene el tratamiento sobre el cuero cabelludo.
Los médicos recomiendan tratar el cabello con cuidado al inicio del tratamiento. Esto se puede realizar evitando usar secador de pelo y cualquier elemento que pueda dañar el cuero cabelludo. También es importante adquirir champús y productos de cosmética capilar formulados especialmente para esta situación, y libres de tóxicos.
En caso de elegir cortarse todo el cabello y usar una peluca, se debe realizar con delicadeza para proteger el cuero cabelludo. Lo mejor es conseguir asesoramiento estético en un centro especializado. También, es fundamental emplear crema de protección solar luego de perder el cabello, antes de la exposición directa al sol.
Falta de apetito
La falta de apetito es otro efecto secundario común del tratamiento contra el cáncer. Esto puede estar ocasionado por el tratamiento en sí, por la propia enfermedad, o por una alteración en la percepción de los sabores.
Para la falta de apetito, es recomendable tomar abundante agua para evitar la deshidratación, intentando tomarla fuera de las comidas principales. También es útil comer pequeñas porciones de comida a lo largo del día en vez de realizar pocas comidas y más abundantes. Los alimentos deben ser nutritivos y ricos en vitaminas para evitar problemas de desnutrición.
Finalmente, mantener un estilo de vida activo, en la medida de las posibilidades de cada persona, puede ayudar a abrir el apetito.
Dolor
El dolor tiene muchas causas en la persona con cáncer. Puede presentarse cuando el tumor presiona alguna estructura del organismo o comprime algún nervio. También puede estar ocasionado por el tratamiento oncológico, que genera daño a las células y tejidos. También es importante conocer que no todos los cánceres producen dolor.
Para controlar el dolor, pueden recetarse analgésicos o relajantes musculares de ser necesarios. También, pueden indicarse opioides en casos de dolor severo. Otras estrategias incluyen la suplementación o el empleo de plantas medicinales como acompañantes a estos medicamentos. Por último, existen tratamientos no farmacológicos, como fisioterapia, acupuntura, meditación o yoga, que son muy eficaces en el manejo del dolor del paciente oncológico. Por ello deben considerarse siempre en estos casos.