Coaches por todas partes, ¿qué son?
Supongo que no ha pasado un día en los últimos meses o años sin que hayas escuchado la palabra “coach”. En este artículo no solo estamos defendiendo el coaching sobre todo queremos informar sobre él. Tenemos coaches en los gimnasios, en el trabajo, en los centros de belleza y hasta en la tele. Sin embargo, la confusión está servida cuando intentamos definir lo que es un coach: ¿es un terapeuta? ¿es un dinamizador? ¿es un experto que te enseña? Pues, aunque como en todo, se admitan matices, un coach no encaja en ninguna de estas definiciones. Un coach es un “experto en preguntar”. A continuación te explico en qué consiste esto.
El coaching: su definición formal
El coaching, tal como lo describe la International Coaching Federation, ICF, es “un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo que inspira al cliente a maximizar su potencial personal y profesional”. Es decir, se basa en explorar (a través de la reflexión) las distintas posibilidades ante una situación concreta (aquí es donde entra en juego la creatividad) y finalmente alcanzar mediante acciones sucesivas, una meta u objetivo personal o profesional. Por ello el coaching también puede definirse como una “metodología excelente para la consecución de objetivos”.
Definiendo el coaching Arte para preguntar, potencia para desvelar
Hemos visto que el coaching se orienta a conseguir objetivos. Y que lo hace mediante un proceso de reflexión (por parte de la persona que recibe coaching, o coachee) donde la creatividad tiene un papel fundamental. El coach acompaña a su cliente, ayudándole a focalizar sobre el problema u objetivo y a desarrollar al máximo sus opciones.
Para ello, la herramienta fundamental que emplea no es la transmisión de conocimiento (“yo te enseño a conseguirlo”). No. La herramienta clave del coach es la pregunta. Mediante las preguntas adecuadas, la persona va a ser capaz de profundizar, descubrir nuevos puntos de vista, interpretar de forma distinta lo que sucede y encontrar caminos diferentes para acercarse a ese objetivo que se plantea.
El coaching no es nada nuevo: Sócrates ya era coach
Sí, has leído bien. El coaching no tiene nada de moderno. De hecho, los orígenes del método los encontramos en la antigua Grecia, donde Sócrates ya hablaba de “ayudar al alumbramiento de la verdad en el alumno”. Igual que un parto, donde la partera ayuda pero quien da a luz es la mujer embarazada, Sócrates, como maestro, preguntaba a sus alumnos para que ellos mismos llegasen a las respuestas que ya tenían en su interior, “diesen luz” a ese conocimiento. Por algo esta forma de aprendizaje se denominó mayéutica (del griego maieutiké, «técnica de asistir en los partos»). Por aquel entonces, las lenguas griegas no contemplaban el empleo de anglicismos…
Pero…si no sé cómo resolver el problema, ¡necesito que alguien me enseñe!
Esta es una de las cuestiones que muchas personas plantean al conocer el método. Y es que con frecuencia pensamos que el conocimiento está fuera de nosotros, es decir, que alguien tiene que enseñarnos lo que no sabemos. Por eso es necesario definir el coaching. Esto es cierto para algunas cosas (nadie nace sabiendo resolver matrices complejas) pero no lo es para muchas otras. En especial en lo relativo a cosas que tienen que ver con nuestra autogestión, pensamientos, percepción de lo que nos rodea, capacidades propias….
Lo que ocurre es que ese conocimiento muchas veces está oculto para nosotros mismos, y es necesario desvelarlo. ¿Cuántas veces te has encontrado ante un problema o situación desconocida y has sabido resolverlo? “He intuido”, “Se me ha ocurrido”, “Me vino a la mente” son frases habituales que evocan esta realidad: ese conocimiento que necesitabas ya estaba en tí aunque no lo supieras, pero ante esa situación lo has encontrado y lo has utilizado a tu favor. Otra frase: “se me encendió la bombilla”. Alumbrar, dar luz…¿te recuerda a algo?
El coaching te ayuda a desvelar este conocimiento interior, pero de una forma dirigida, ya que se orienta de antemano al objetivo que la persona desea alcanzar.
El coaching en la salud…
Una buena salud implica toda una serie de objetivos que van desde los más típicos como la mejora en la alimentación o los hábitos de ejercicio, hasta cuestiones más complejas como la toma de decisiones relacionadas con enfermedades y tratamientos o la convivencia con determinados síntomas, etc. Para ello, una rama relativamente novedosa que se centra en este tipo de objetivos es la del coaching salud, de la que puedes encontrar más información aquí.
…y en el ámbito profesional sanitario
Las profesiones relacionadas con la salud son profesiones muy demandantes en cuanto a capacidades técnicas. Pero también, si no más, en habilidades no técnicas o “soft skills”, es decir, competencias de tipo relacional, de gestión de conflictos, comunicación, etc. El coaching puede ayudar a que la persona encuentre por sí misma el mejor camino para mejorar estas competencias. Y por supuesto, a resolver o mejorar situaciones relacionadas con la conciliación familiar, la gestión del tiempo o la productividad. El coaching sanitario comprende aspectos tanto del coaching ejecutivo como del coaching personal con orientación específica a este sector profesional.
Conclusión
El coaching es un método de acompañamiento orientado a conseguir objetivos con aplicación en numerosos ámbitos vitales, profesionales y personales. Las preguntas, la herramienta fundamental del coaching, son preguntas enfocadas para que el cliente descubra por sí mismo cuál es la mejor forma de abordar el objetivo que quiere conseguir, cómo resolver mejor las dificultades que le plantea y qué pasos puede dar, de forma comprometida y segura, hacia ese objetivo.
En OnerQi empleamos el coaching (en su vertiente de coaching salud) en los programas de acompañamiento de oncología integrativa. Si quieres saber en qué consisten, nos encontrarás en onerqi.es. También ofrecemos coaching a profesionales sanitarios que deseen mejorar en algún ámbito de su vida profesional o personal, tienes toda la información aquí.