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Ejercicio físico adaptado para pacientes con cáncer de mama

El ejercicio físico puede convertirse en una herramienta transformadora para mejorar la calidad de vida, especialmente para las personas que enfrentan el cáncer de mama. Diversos estudios científicos respaldan su efectividad para reducir los efectos secundarios del tratamiento y fomentar el bienestar físico y emocional. 

Diversos estudios científicos respaldan su efectividad para reducir los efectos secundarios del tratamiento y fomentar el bienestar físico y emocional. 

La importancia del ejercicio físico durante el tratamiento oncológico

El ejercicio regular durante el tratamiento del cáncer de mama tiene múltiples beneficios, tanto físicos como emocionales. Por un lado, ayuda a combatir la fatiga, mantener la fuerza muscular y mejorar el estado de ánimo. Por otra parte, las actividades físicas moderadas como caminar o practicar yoga contribuyen a reducir la ansiedad y el estrés.

Beneficios específicos para pacientes con cáncer de mama

El ejercicio puede influir directamente en el tratamiento del cáncer de mama. Mejora la circulación sanguínea, reduce la inflamación, mejora el metabolismo y fortalece el sistema inmunológico. Estudios recientes han demostrado que mantenerse activo durante y después del tratamiento oncológico disminuye el riesgo de recaídas, mejorando el pronóstico y la sintomatología durante la terapia.

¿Cuáles son los mejores ejercicios físicos para comenzar en pacientes con cáncer de mama?

Ejercicios de bajo impacto

Caminar, nadar o practicar yoga, son actividades ideales para todas las personas, y especialmente si estás en tratamiento quimioterápico, o si te estás iniciando en el ejercicio físico. Todas ellas fortalecen tu cuerpo sin añadir presión innecesaria a las articulaciones o exponerte a accidentes que pudieran causar lesiones. Además, se pueden adaptar fácilmente a tus necesidades y el nivel de energía.

Entrenamiento de fuerza moderado

Durante el tratamiento quimioterápico, y para personas que no tienen entrenamiento previo, entrenar con pesas ligeras o bandas elásticas puede prevenir la pérdida de masa muscular, evitando uno de los problemas más frecuentes durante los tratamientos oncológicos. Es importante que aprendas a realizar los ejercicios de la mano de un profesional cualificado para evitar lesiones. 

Ejercicios que debes evitar

En realidad no hay limitación para la realización de casi ningún tipo de ejercicio físico. No obstante es importante tener en cuenta el nivel de entrenamiento previo de la persona, y la fase del cáncer en la que se encuentra. Por ejemplo, no es lo mismo ejercitarse durante el tratamiento de quimioterapia, que hacerlo durante la fase de tratamiento hormonal o una vez finalizado el mismo. 

Actividades de alto impacto

Algunas actividades de alto impacto, como los entrenamientos de alta intensidad (HIIT, crossfit…), entrenamientos de alta resistencia (ironman, ultramatarones…) o participar en deportes de contacto pueden ser demasiado exigentes durante el tratamiento. Además, pueden aumentar el riesgo de lesiones, especialmente si hay debilidad ósea o fragilidad muscular debido a la quimioterapia o radioterapia. Por último, la persona que los practica ha de contar con una buena base de resistencia física y entrenamiento previo para que el efecto del ejercicio no sea perjudicial. Si te atraen este tipo de actividades, o ya las realizabas antes de tu diagnóstico, consulta con tu equipo médico antes de retomarlas.

Ejercicios sin supervisión médica

Aunque el ejercicio es beneficioso, recuerda realizarlo bajo asesoramiento profesional. En algunas situaciones (presencia de metástasis, postoperatorios, radioterapia…), determinados ejercicios pueden suponer un mayor riesgo de complicaciones, por lo que es conveniente evitarlos.   Por ello es fundamental que cada rutina esté adaptada a tus necesidades específicas y supervisada, al menos inicialmente, por un médico, un  fisioterapeuta o un entrenador cualificado para el entrenamiento oncológico. 

Consejos prácticos para empezar con el ejercicio

Es imprescindible recibir la aprobación de tu equipo médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicio. Así puedes identificar las actividades más seguras y efectivas para ti. 

Establece metas realistas

No es necesario exigirte demasiado. La mejor estrategia consiste en establecer metas pequeñas. Puedes comenzar con 10-15 minutos al día, incrementando la intensidad, duración y peso a medida que te sientas más fuerte. 

La progresión es esencial

Si comienzas en el ejercicio físico a raíz de tu diagnóstico, es importante progresar poco a poco en tus rutinas para obtener todos los beneficios que el ejercicio puede proporcionarte. No te limites a una sola actividad ni hagas del entrenamiento algo monótono: Elige variedad de ejercicios y procura que cada sesión de entrenamiento suponga un pequeño reto a superar.

Preguntas frecuentes sobre ejercicio físico y cáncer de mama

¿Es seguro hacer ejercicio durante la quimioterapia?

Sí, siempre que sean actividades adecuadas a la situación de base y síntomas de la persona que recibe el tratamiento. Es recomendable por ello que se haga bajo la supervisión y autorización de un profesional de la salud o entrenador especializado en oncología. 

¿Qué pasa si nunca antes he hecho ejercicio?

No dejes que un reto nuevo te detenga. Comienza con actividades ligeras, como caminar, y aumenta gradualmente la intensidad. Tu cuerpo se irá adaptando y agradeciendo los resultados.



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