La oncología integrativa, un nuevo enfoque centrado en el paciente
Si tienes cerca o vives en primera persona un diagnóstico de cáncer, es posible que te hayas topado con una nueva disciplina: la oncología integrativa . Su objetivo es complementar el tratamiento tradicional del cáncer y acompañar al paciente en las
diversas fases de su enfermedad, considerando sus planos físico, mental,emocional, social, y espiritual. Desde esta perspectiva, se proponen abordajes enfocados hacia una salud global y una mejor calidad de vida durante y después del cáncer.
Sin embargo, como toda nueva rama de tratamiento y cuidado de la salud, la oncología integrativa necesita ser fiable en términos de eficacia y sobre todo de seguridad.
«La oncología integrativa es segura y está avalada por numerosos estudios científicos»
¿Podemos confiar, tanto médicos como pacientes, en la propuesta que nos presenta la oncología integrativa? Pues tenemos buenas noticias: La oncología integrativa es segura y está avalada por numerosos estudios científicos.
La paradoja de las recomendaciones médicas
Hace no demasiados años, en oncología recomendábamos al paciente en tratamiento reposar, sin recomendaciones de actividad fisica especiales. Y comer más o menos lo que el cuerpo pidiera, enfatizando en comidas calóricas (sin importar demasiado el origen de las calorías) para ayudar al organismo a reponerse. En otras palabras, el paciente una vez diagnosticado sólo tenía que “cumplir con los tratamientos y por lo demás hacer prácticamente lo que quisiera”.
Sin embargo, cuando se nos pedía recomendación para cuidar la salud y prevenir enfermedades como el cáncer, proponíamos sin dudar una dieta saludable y una actividad física regular, evitando el sedentarismo, entre otras cosas.
¿Por qué la recomendación habría de ser distinta en una u otra situación? Salvando los casos de recuperación de una cirugía mayor o importantes efectos secundarios de un tratamiento, parecería lógico recomendar en ambos casos (pacientes sin y con cáncer) las mismas pautas para la mejora de la salud.
De la intuición a la ciencia
Con esta idea en mente, se han llevado a cabo numerosos estudios científicos que han puesto de manifiesto los beneficios de cuidar la salud durante el cáncer en términos más amplios que meramente aplicar el tratamiento correspondiente.
A día de hoy sabemos que el ejercicio físico mejora la tolerancia a los tratamientos y evita la recurrencia en cerca de la mitad de las pacientes con cáncer de mama. Un dato tan potente como para prescribir las zapatillas de deporte al lado de la quimioterapia.
«el ejercicio físico mejora la tolerancia a los tratamientos y evita la recurrencia en cerca de la mitad de las pacientes con cáncer de mama»
Lo mismo sucede con la alimentación. Ciertos alimentos pueden paliar algunos efectos secundarios y mejorar determinados síntomas, y ciertos tipos de dieta pueden aumentar el riesgo de determinados cánceres. Lo que antes eran “intuiciones” hoy son hechos científicamente demostrados. La ciencia está de nuestra parte. Y la oncología integrativa se apoya en esta evidencia científica, que crece cada día más.
El criterio médico primero
Por supuesto, esta evidencia ha de ser aplicada con criterio profesional, en base a la situación concreta de la persona. Ahí juega un papel fundamental la experiencia del médico y su conocimiento de la enfermedad y sus tratamientos. Los oncólogos integrativos, como cualquier médico, nos ceñimos al principio de no dañar (primum non nocere, como reza el juramento hipocrático). Por ello siempre evaluamos la relación beneficio-riesgo de todo cuanto prescribimos y recomendamos, ajustándonos a las posibilidades que el paciente tiene en cada momento. En otras palabras, que nadie se asuste, no vamos a mandar a nadie a correr la maratón al día siguiente de salir del quirófano!
Mejorar el bienestar, también avalado por la ciencia
Por último, uno de los principales intereses para la oncología integrativa es mejorar la calidad de vida del paciente y aumentar su bienestar, no solo físico sino también emocional y espiritual. En este sentido, y siempre que no supongan un riesgo para la persona (por situaciones concretas relativas a la enfermedad o el tratamiento) tienen cabida tanto terapias psicológicas como otras formas de trabajo cuerpo-mente que puedan proporcionar ese bienestar (meditación, masaje terapéutico, yoga, etc). Aquí, de nuevo la evidencia científica nos respalda, mostrando el importante beneficio que diversos abordajes de este tipo aportan a las pacientes.
Conclusión
La oncología integrativa es una forma de complementar el tratamiento convencional del cáncer respaldada por la evidencia científica y segura para los pacientes. Representa así, un camino para la mejora de la salud, del bienestar y de la calidad de vida del que muchas personas pueden beneficiarse. Ya sean nuevos pacientes o personas que han superado o conviven desde hace tiempo con esta enfermedad.
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